Días después, nos encontramos con la noticia de que un adorable rorcual aliblanco había sido avistado merodeando por las aguas del puerto Rainbow de Long Beach. Su presencia atrajo a una pequeña multitud de aficionados, que esperaban con impaciencia su regreso a mar abierto. Lamentablemente, el domingo por la noche se confirmó la desgarradora noticia de que el animal no había conseguido regresar sano y salvo a su hábitat natural.
Los primeros informes de la NOAA (Administración Nacional Oceánica y Atmosférica) afirmaban que el animal no estaba herido, lo que hizo suponer que Bob había llegado al puerto durante la marea alta del martes por la tarde/noche.
En los días siguientes, científicos y expertos en fauna salvaje intentaron guiar a la ballena a aguas abiertas con éxito, sólo para que regresara a las aguas poco profundas del puerto. Según declaraciones a KTLA, creen que un puente sobre el puerto fue el culpable de que la ballena se negara a nadar de vuelta a aguas oceánicas más profundas.
La NOAA ha informado de que Bob probablemente murió de inanición tras pasar días nadando sin rumbo ni fuente de alimento en las aguas poco profundas del puerto. También investigarán si hay indicios de envenenamiento debido a la marea roja.
Si se encuentra con un animal marino herido, varado o encallado en Los Ángeles o zonas cercanas, puede ponerse en contacto con el California Wildlife Center para obtener ayuda experta llamando al (310) 924-7256. Para otros condados de SoCal, puede encontrar la lista completa de contactos aquí.