Todos hemos sido «víctimas» de esta vieja táctica de los profesionales del marketing en la radiodifusión audiovisual dominante, cuyo objetivo es asegurarse de que recibes su información sobre productos y servicios, aunque no estés prestando atención. Es decir, anuncios ruidosos que suben el volumen por encima del nivel de decibelios al que el usuario estaba viendo su serie, programa de televisión o película.
La ley SB 576 de California pretende garantizar a los usuarios una experiencia de visionado más cómoda y coherente. La ley responde a las crecientes quejas de los consumidores sobre anuncios excesivamente ruidosos en plataformas de streaming como Netflix, Hulu y Amazon Prime, que interrumpían la experiencia de visionado, explica Cal Matters
La legislación amplía la Ley CALM de 2010, aplicada originalmente a la televisión tradicional, para incluir también los servicios de streaming. Básicamente, establece que los anuncios no pueden superar el volumen del contenido principal que se está viendo.
Según el proyecto de ley, la legislación federal vigente obliga a la Comisión Federal de Comunicaciones (FCC) a establecer normas que garanticen que los anuncios publicitarios se correspondan con el volumen medio de los programas a los que acompañan. Esta normativa entrará en vigor el 1 de julio de 2026.