Si vivías en los 90, sabías que Orange County, California, no era sólo playas soleadas y cultura de centro comercial. Era el lugar donde se producían las mejores bandas. Desde las sensaciones del ska-punk hasta los himnos del alt-rock, OC fue el epicentro de las canciones más radicales de la década. Así que coge tu Tamagotchi y tu franela, porque vamos a hacer un viaje al pasado.
No Doubt: El regalo totalmente tubular de Anaheim al rock de los 90
Antes de que Gwen Stefani se convirtiera en un icono mundial, no era más que una adolescente totalmente radical que rockeaba los clubes de OC con su banda No Doubt. Estos tipos (y tipas) perfeccionaron sus habilidades en lugares como The Roxy y pequeños locales de bricolaje de todo Anaheim, dejando caer temas ska-punk que más tarde se convertirían en legendarios.
Entonces llegó Tragic Kingdom en el 95, y BOOM – ‘Don’t Speak ‘ estaba en todas partes. La canción se convirtió en la canción de ruptura definitiva, que sonaba en los bailes escolares, en los patios de comidas de los centros comerciales y, básicamente, en todos los coches con reproductor de CD.
Punk, Alt-Rock y el «telón naranja
El Condado de Orange no era sólo pop, la escena punk estaba fuera de control. Grupos como Social Distortion, The Offspring y Sublime lanzaban canciones más ruidosas, más rápidas y mucho más cañeras que las que se escuchan en la radio. La escena «Orange Curtain» de OC era un caldo de cultivo para la energía, la angustia y la rebelión. Básicamente, la banda sonora para llevar vaqueros anchos y escuchar el Discman a todo volumen.
Esta escena explotó en la MTV y la radio, inspirando a toda una generación a coger guitarras, formar bandas de garaje y empezar a componer sus propios himnos. No era sólo música, era un estilo de vida, totalmente fresco y 100% OC.

Locales que eran la bomba
Si querías ver a la próxima gran revelación, tenías que ir a The Doll Hut, Chain Reaction y Constellation Room. Eran lugares pequeños, sudorosos e inolvidables, repletos de fans dispuestos a hacer mosh, bailar o simplemente vibrar bajo las tenues luces. Hoy en día, esos mismos locales siguen resonando con nostalgia, acogiendo nochestributo , revivals punk y retrocesos temáticos de los 90 que te hacen sentir como si hubieras vuelto a 1997. Incluso puedes asistir a un espectáculo en The Ritz.