Puede que la temporada de miedo haya terminado, pero el amor de Hollywood por el terror sigue vivo todo el año. Desde El Resplandor hasta The Conjuring, el terror siempre ha ocupado un lugar especial en el ADN cinematográfico de la ciudad. Y ahora, más que asustar al público, está salvando la taquilla.
Según The New York Times, las películas de terror representan ya el 17% de los ingresos de taquilla en Estados Unidos, más que el drama y la comedia juntos. Mientras que las películas de superhéroes de gran presupuesto y los dramas de prestigio han tenido dificultades para atraer al público fuera de sus sofás, los aficionados al terror siguen acudiendo en masa, palomitas en mano, dispuestos a gritar juntos en la oscuridad.
Por qué el terror es el MVP sorpresa de Hollywood y acapara el 17% de la taquilla

«El cine de terror se ha convertido en uno de los últimos éxitos de taquilla de Hollywood… los dramas casi han desaparecido de los cines… pero es difícil reproducir esa dinámica de miedo en grupo en casa«, afirma Brooks Barnes, corresponsal jefe de The Times en Hollywood.
Los títulos más destacados de este año ilustran por qué. The Conjuring: Los últimos ritos se estrenó con una recaudación mundial estimada de 187 millones de dólares, lo que supone un debut internacional récord para una película de terror. La película original de terror Pecadores ha recaudado más de 240 millones de dólares en el país, mientras que Armas, una escalofriante película original sobre niños desaparecidos, ha recaudado más de 260 millones de dólares. Ni siquiera estrenos de Netflix como Frankenstein , de Guillermo del Toro, han disuadido al público, que sigue acudiendo en masa a los cines de Los Ángeles para disfrutar en pantalla grande de la fastuosa presentación en 35 mm de la película.

El resurgimiento del cine de terror se debe a múltiples factores: costes de producción más bajos, seguidores fieles y la insustituible emoción colectiva de una proyección en el cine. La combinación de suspense, espectáculo y resonancia cultural del género hace que siga atrayendo tanto a los aficionados más entregados como a los cinéfilos ocasionales.
Los Ángeles sigue siendo el epicentro de este auge creativo y comercial. Desde los monstruos clásicos de Universal hasta el terror moderno de autor, la ciudad ha impulsado constantemente el género. El público sigue acudiendo en masa a los cines, ya sea para disfrutar de un original como Pecadores o para revisitar clásicos como Pesadilla en ElmStreet, lo que demuestra que el terror sigue siendo tan emocionante como siempre.