
Desde que el zoo de Los Ángeles anunció que su pareja de elefantes asiáticos sería trasladada al zoo de Tulsa, una antigua polémica no ha hecho más que intensificarse. Protestas, peticiones en Internet e incluso una demanda privada respaldada por la propia Cher pedían que el nuevo hogar de Billy y Tina fuera un santuario. A pesar del clamor público, la decisión de trasladarlos a otro zoo se mantuvo firme y el 21 de mayo, durante una operación nocturna, los elefantes fueron trasladados a Oklahoma.
En medio de las continuas reacciones, el zoo de Los Ángeles ha decidido compartir los detalles de su decisión. En la página de preguntas frecuentes sobre elefantes del sitio web oficial del zoo, la institución aborda algunas de las cuestiones más acuciantes planteadas por los defensores de los derechos de los animales y los amantes de los elefantes. La más importante, con diferencia, es por qué el zoo de Los Ángeles optó por otro zoológico en lugar de un santuario para Billy y Tina.
La página web del zoo de Los Ángeles explica que dedicaron casi un año a estudiar detenidamente todas las opciones posibles, incluido el traslado de la pareja a un santuario. La decisión final de trasladar a los elefantes al zoo de Tulsa se tomó en estrecha coordinación con el Plan de Supervivencia de Especies de Elefantes (SSP) y el Grupo Asesor sobre Taxones (TAG) de la AZA. Estas asociaciones son paneles nacionales de expertos en elefantes que ayudan a orientar la gestión y el bienestar de los elefantes en las instituciones acreditadas por la AZA.
Tras evaluar una serie de factores (como el espacio disponible, la calidad de las instalaciones, la experiencia del personal y la dinámica de la manada), el SSP presentó varias opciones de ubicación adecuadas. Entre ellas, el zoo de Tulsa resultó ser la opción más favorable.
Billy y Tina se unirán a una manada de otros cinco elefantes asiáticos: dos machos y tres hembras en el zoo de Tulsa. Su nuevo hogar incluye 17 acres de espacio dedicado a los elefantes, con acceso a un establo de reciente construcción y a una zona boscosa de 10 acres que forma parte de un humedal protegido por el gobierno federal, lejos de la vista del público. El hábitat también cuenta con espacios interiores y exteriores donde los visitantes pueden observar a los elefantes y aprender sobre su comportamiento y cuidados.
Si tiene más preguntas o dudas sobre el traslado de los elefantes y su estado actual, le animamos a que se ponga en contacto directamente con el zoo de Los Ángeles o el de Tulsa.