Los castillos en Estados Unidos son una rareza y en la Costa Oeste prácticamente se pueden contar con los dedos de una mano. A pesar de su escasez, el mayor y más legendario se alza en California, un monumento no sólo a la riqueza, sino a la ambición y al mundo del espectáculo.
El Castillo Hearst se extiende a lo largo de 250.000 acres y cuenta con 165 habitaciones, de las cuales 56 son dormitorios y 61 cuartos de baño, además de 19 salones. Sus terrenos cuentan con múltiples piscinas y terrazas. Desde elaboradas habitaciones para invitados hasta vastos salones de actos, la escala y las comodidades de la finca la convierten en una de las residencias privadas más extravagantes jamás construidas en Estados Unidos.
La creación de una joya arquitectónica
William Randolph Hearst heredó vastas tierras en San Simeón tras la muerte de su madre en 1919, consolidando una propiedad que incluía más de 250.000 acres y 14 millas de costa. Su interés por el arte y la cultura creció durante los viajes europeos que realizó con su madre, sentando las bases de sus posteriores y extensas colecciones.
Tras heredar la finca, Hearst inició un ambicioso proyecto en San Simeón con la arquitecta Julia Morgan, dando comienzo a una estrecha colaboración que duró casi tres décadas, como explica The Foundation at Hearst Castle. Durante este periodo, el castillo se convirtió en su residencia principal y en centro de reunión de las élites políticas y culturales.
Un patio de recreo para la élite poderosa
Entre 1925 y 1938, el castillo Hearst se convirtió en un imán para los grandes actores tanto de la escena política como de la industria cinematográfica. Con Marion Davies como chateadora, el castillo recibía regularmente a personalidades como Charlie Chaplin, Clark Gable, Winston Churchill y Calvin Coolidge, según Vintage News.
El estilo de vida era tan lujoso que los invitados llegaban en tren privado o en la pista de aterrizaje de Hearst , mientras que la vida diaria en el castillo mezclaba ocio y espectáculo: equitación, natación, golf y croquet mantenían entretenidos a los invitados hasta el estricto ritual de los cócteles de los sábados, seguidos de elaboradas cenas con vinos de la bodega de 7.000 botellas de Hearst.
El castillo servía de teatro social y acogía acontecimientos emblemáticos como bodas de alto nivel y visitas diplomáticas, consolidando a San Simeón como centro cultural y social.
El castillo Hearst y la cultura pop
El castillo Hearst ha cautivado durante mucho tiempo la imaginación de cineastas y músicos, convirtiéndose en un símbolo del glamour y el lujo de Hollywood. Su aparición moderna más famosa es la del vídeo musical de Lady Gaga «G.U.Y.», de 2014, en el que ella y sus bailarines actúan en la Piscina de Neptuno, la Piscina Romana y las grandes terrazas. El vídeo supuso el primer rodaje comercial en la finca en décadas y puso de relieve el atractivo cinematográfico del castillo y su espectacular arquitectura.
Además de Lady Gaga, el castillo Hearst sirvió de referencia e inspiración para Ciudadano Kane, de Orson Welles . Sus lujosos interiores, sus extensos terrenos y su aura de opulencia dieron forma a la representación del Xanadú de Kane, reforzando la asociación del castillo con la riqueza, el poder y los estilos de vida de élite tanto en el cine como en el imaginario cultural.