
El incendio forestal que se declaró el martes 7 de enero en Pacific Palisades ya ha calcinado unas 17.000 hectáreas. Ese mismo día se declararon otros cinco incendios, todos ellos con un denominador común: las causas concretas de la ignición siguen sin estar claras. Sin embargo, una prolongada sequía y los vientos inusualmente fuertes de Santa Ana han desempeñado un papel importante en el avivamiento de esta devastadora tormenta de incendios.
Mientras miles de bomberos, primeros intervinientes y residentes locales se movilizan para ayudar a los supervivientes y evacuados, una pregunta se cierne sobre la ciudad: ¿cuándo terminará este implacable desastre en Los Ángeles?
La respuesta corta: cuando el tiempo coopere. Para que los bomberos ganen terreno, los vientos de Santa Ana deben amainar. Estas ráfagas cálidas y secas están intensificando los diversos focos de incendio en toda la región.
El Servicio Meteorológico Nacional informa de que se espera quelos fuertes vientos continúen al menos hasta el miércoles por la mañana, con avisos de bandera roja todavía en vigor. Estas advertencias indican un mayor riesgo de incendio debido a una peligrosa mezcla de baja humedad, altas temperaturas y fuertes vientos.
Los avisos de bandera roja siguen activos en partes de los condados de Los Ángeles y Ventura hasta el miércoles. Aunque se prevé que esta tormenta de viento sea menos intensa que la de la semana pasada, el NWS advierte que aún se esperan rachas dañinas de 55 a 70 mph.