Aparece en postales y souvenirs, se ha plasmado en innumerables escenas de cine y televisión y es el escenario de millones de selfies en las redes sociales. Este lugar cercano a la dorada costa de Los Ángeles es sin duda uno de los más conocidos del mundo, junto con el cartel de Hollywood, Times Square y la Torre Eiffel.
Famoso por sus puestas de sol en el océano, como lugar de encuentro de adolescentes y parejas, y como destino obligado para comer marisco, este lugar alberga una atracción que todo el mundo conoce. En el muelle de Santa Mónica se encuentra la legendaria y querida noria de Santa Mónica, una atracción que, sorprendentemente, ostenta un título mundial único: es la única noria del planeta que funciona totalmente con energía solar.
La historia de la noria y del parque es larga y se remonta a 1909, cuando se inauguró el Muelle Municipal de Santa Mónica. Desde entonces, el lugar ha sufrido muchos cambios y modificaciones que, resumiendo, llevaron a la creación del actual Pacific Park y su noria en 1996, convirtiéndose rápidamente en la joya de la corona del muelle.
En 1998, según informó entonces el LA Times, la noria hizo historia al convertirse en la primera del mundo alimentada por energía solar. Un paso adelante que reflejaba el temprano compromiso de California con las energías renovables. Entre bastidores, más de 650 paneles solares captan el sol de SoCal y generan unos 71.000 kilovatios-hora de electricidad al año.
Unos años más tarde, en 2008, la noria original se sustituyó por un modelo más moderno y eficiente energéticamente, que incorpora un sistema de iluminación LED de alta tecnología con más de 440 barras LED. Estas luces pueden mostrar más de 16,7 millones de colores (aún alimentadas totalmente por el sol) haciendo que el muelle brille aún más.
Más que una atracción, la Noria del Pacífico es un símbolo de sostenibilidad que demuestra que el entretenimiento y la responsabilidad medioambiental pueden ir de la mano. La mayoría de los visitantes vienen por las vistas panorámicas del océano y las vibrantes luces, pero muchos se van sin saber que acaban de experimentar una atracción propulsada por energía solar limpia.
Es una leyenda local con un legado silenciosamente revolucionario, una razón más por la que este clásico de SoCal sigue brillando.