Lejos de las brillantes luces de la ciudad y del lujo sofisticado de los rincones de lujo de la ciudad, tranquilamente situado al norte de Los Ángeles, este restaurante parece atrapado en el tiempo. Las tazas, los sofás, el mostrador, los carteles e incluso el menú son un claro retrato de un pasado reciente que dio forma al presente.
El Saugus Café abrió sus puertas por primera vez entre 1886 y 1888 como una pequeña cafetería ferroviaria, bajo el nombre de Saugus Eating House, a las órdenes de James Herbert Tolfree, que lo regentaba en el extremo norte de la estación de ferrocarril. Tanto la parada de tren como el restaurante tomaron su nombre de la ciudad natal del promotor local Henry Newhall, Saugus, Massachusetts, explica SCV.
A finales de la década de 1890, los hermanos Richard y Martin Wood se hicieron cargo del negocio y lo rebautizaron como Saugus Café en 1899. En 1916, Martin lo trasladó al otro lado de la calle, a Railroad Avenue, cerca de donde sigue hoy, según Eater LA. A lo largo de las décadas, el café se reconstruyó varias veces, desde un modesto restaurante con estructura de madera hasta estructuras más grandes de ladrillo y estuco, hasta que se levantó el edificio actual en 1952.
A lo largo de su dilatada historia, la cafetería se convirtió en algo más que una parada al borde de la carretera. Se convirtió en el lugar que acogió a presidentes como Benjamin Harrison y Theodore Roosevelt, y a iconos de Hollywood, como Frank Sinatra, Charlie Chaplin, Mary Pickford, John Wayne, Gary Cooper y Marlene Dietrich, que paraban en él mientras rodaban películas del Oeste en el valle de Santa Clarita, según recoge SF Gate.

Pero dejando a un lado los grandes nombres, el Saugus Café ha sido para generaciones de lugareños un centro comunitario, el tipo de lugar donde las familias celebraban hitos, donde el café de última hora de la noche sostenía a los trabajadores y donde los clientes habituales siempre tenían «su puesto». Incluso a través de los cambios de propiedad y las dificultades financieras, el café ha perdurado, sirviendo en silencio al valle durante casi 140 años.
En octubre de 2022, el café recibió oficialmente una placa conmemorativa que lo reconocía como el restaurante en activo más antiguo del condado de Los Ángeles. La ceremonia no se limitó a señalar fechas: fue un recordatorio público de que, aunque gran parte de Los Ángeles se reinventa cada década, algunas piezas de su pasado permanecen, manteniéndose firmes con silenciosa resistencia.